lunes, 14 de febrero de 2011

dos

y sin mediar palabra, saltó enfurruñada del sofá, rebuscó en la caja bajo el fregadero, y volvió blandiendo un flácido serrucho. "Va a hacerlo", me dije, y resignado desde siempre a morir en el amor, cerré los ojos solemnemente. La oí serrarme por la mitad, y pensé sorprendido: "así que no es dolor lo que uno siente, sino cierto desequilibrio hacia un lado". Abrí los ojos, y no hallé mi cuerpo demediado, sino el sofá abierto en dos sangrando espuma. Continuó cortando en mitades todo cuanto había alrededor, y cuando ya no quedaba entero nada más que el propio serrucho, se sentó agotada en su medio sofá, y cruzamos nuestros respectivos brazos. En silencio se hizo de noche y no funcionaban las medias bombillas. Desde algún lugar de la oscuridad dijo: "oye.. ¿buscamos el pegamento?"

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