domingo, 4 de octubre de 2009

Nada menos que todo ésto

Es todo lo demás. El sí y el no. El mundo al revés. Los puntos suspensivos y los interrogantes al final de cada frase. Al final de cada noche. La respuesta antes de la pregunta. Los fuegos artificiales a mediodía y el desayuno a medianoche. La ironía. La misma sonrisa para querer que para lo contrario. La cruel alegría. La feliz venganza. El rencor escondido en inocentes trenzas. La carcajada a destiempo. Las bromas mal repartidas. Las mañanas brillantes que acaban en aguacero, y las tardes oscuras que terminan bañadas en luz. Es la mitad de un número impar. La incógnita en el siguiente paso, y en el anterior. Caminar con las manos. Es la maratón como modo de vida. La velocidad en sus ideas. El miedo a la nada. El temor al todo. El querer demasiado, o demasiado poco. La perfecta compañía. La banda sonora de una película de acción. El helado demasiado frío. El dolor crónico. La felicidad a cañonazos. La esperanza de días mejores. Los infinitos modos de hacerme feliz. La eterna lucha. La esquiva victoria. Las veces que me doy cuenta de que éste es el único modo que tengo de vivir. También el único que quiero.

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