jueves, 13 de agosto de 2009

amapola

Gira la cabeza despacio. Amapola está roja encendida. Me devuelve la sonrisa en silencio. Dicen que es una flor, pero Amapola es por lo menos un campo entero de amapolas. Observar a Amapola siempre me pone un poco triste, la veo como el reflejo en las lunas de los coches pasando. Nos separan dos o tres gigantescos pasos. Aunque lo creas, a Amapola no la tienes. Hace días que la buscaba. El timbre de Amapola debe estar estropeado. Amapola es más libre de lo que desearíamos. Mira a los pájaros y se cree uno de ellos. Amapola sabe volar, eso seguro. Me lo apuesto todo. Amapola no me amará, eso también lo se. No importa, Amapola es así. Se vuelve loca. Amapola no le pilla la gracia, pero se ríe. Amapola se hace la ingenua. Eso me encanta. Amapola te hace subir una cuesta de noche y bajarla rodando de día. Amapola también escuece si quieres. Baja la mirada. Amapola está en los labios de muchos. Amapola es una lucha por la Amapola. Nadie sana de Amapola. Amapola no sabe lo que hace. Amapola es tan imperfecta. No puedes dejar de mirarla. Amapola no sirve de inspiración, pero de sus gestos perdidos escribirían varios tomos. Que alegría da que exista. Amapola se escurre. Date cuenta de que Amapola nos ha vuelto medio idiotas. Amapola tiene prisa por irse. Completamente idiotas.

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